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latidotrémulo

dedicado solo a él

En la casa de playa - vaya fortuna - compartiendo más que un almuerzo, estábamos todos, debo reconocer que me sentía alejado; don Zacarías, un viejo vecino, había preparado un acróstico:
A ntes de
M ediodía
I remos
G ritando
O rondos,
no me sorprendió, el sorprendido sería papá, quien no se daba cuenta de nuestras miradas, que en otro momento hubiera bastado para fulminarlo.
Bueno, nunca entendió que ,o mejor hubiera sido no hacer el almuerzo en la casa nueva y mucho menos invitar a don Zacarías y al tío Poli, que de seguro volvería a ser tan franco como aquella vez que le dijo a Bertha -mi madrastra- olle estoy escribiendo un poemario para ti, llevará por título "chalona".
Efectivamente, en su viejo auto naranja impregnado de tabaco llegó Apolinario Castillo, me sorprendió verlo solo, sin sus hijas insoportables como él -Melissa, Kandy y Olenka- que primitas.
En la sobremesa, Bertha, que esta vez sonreía con papá al lado, se veía feliz; mis hermanos, Marco, Manuel y Daniel se veían serios, quizas porque Carlos aun no llegaba -el flaco se hacía extrañar- y yo, como ya lo señalé me sentía alejado.
De pronto, Manuel -era mi tío Poli- ¿cuánto has gastado en esta casa? sabes que no vlaía la pena, crees que eres feliz, crees que en algo has remediado lo de tu hijo, lo haces feliz, crees que si .... -Poli- dijo papá, cada uno hace su felicidad, yo hice la mía y si eso no te parece pues, bueno le dijo la mula al freno.
Poli se hecho a llorar y entredientes se le llegó a escuchar, primo mi mujer me ha dejado, papá se quedó helado y luego que el segundero recorriera su existencia, también se puso triste, casi llora, se me acercó, me medio abrazó y me dijo algo que nunca olvidaré, hijo he sido una mierda, ¿me quieres? ... entonces, desperté, había dormido sobre mi brazo, y si no fuera por la música del despertador, le hubiera respondido a papá.

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