Nuestro andar
Bajo el cielo estrellado
por donde coincidían astros varios
nuestra constelación dominaba el universo
y compusimos la mejor prosa,
me desvanecí en tus ojos
quise impregnarme en tu piel
y aunque estuviste tan cerca
agonicé en tu sonrisa.
Desde la noche estrellada
soy apenas un agujero negro
que se sumerge en sus recuerdos
y en lo que pudo haber provocado
un supernova sublime.
Ahora la tristeza de verte partir
me conduce a desear
una oportunidad mejor
de andar por nuestras vías
y provocar el eclipse perfecto
en nuestros mundos abismales.
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